![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuLxubKaYQOq0t6DVyKWc9VeC6P41W0VjPuVDkyDADoGG2s6ieN1d2SqEnMGlhO4l_VjUrS7t-Csm2EtME5uaV_rQke5PdzUb8wsAjdZX1o7py0pqQe-dkSJ0-avoox1RbI6ZeeU3-j7UR/s320/tsunami+en+japon.jpg)
Una imagen impactante fue la de una mujer que, con celular en mano y un bebé en la otra, desde un andén de un subterráneo trataba de comunicarse Dios sabe con quién mientras que consolaba al desconcertado y asustado pequeño, enfundado en su "cangurera" y con los ojos llenos de lágrimas.
Cuadros más, cuadros menos, vimos enseguida cómo el mar avanzaba desde sus límites hacia tierra adentro; arrollando a su paso las barreras que el ser humano había fincado para "hacerlo retroceder", lo que no impidió este avance y que a cada centímetro que ganaba era una agonía para los habitantes y el televidente que, desde el lugar que lo viere, sentía los estragos provocados por la destrucción y el caos. Casas, barcos, pilares, autos, cultivos, fábricas... todo lo que estaba a su paso fue arrollado sin piedad, con esa furia que la naturaleza contiene en su interior y que cada vez se vuelve más en contra del ser humano, tan capaz tecnológicamente pero que se ve tan pequeño ante estos acontecimientos.
Y no solamente existe este problema, pues, además, también como consecuencia de este temblor de tierra, hay alerta nuclear. De eso, por ahora, no se habla mucho pues no saben hasta dónde esté la magnitud del problema. ¿Otro Chernobyl? Aún no se tiene conocimiento. Esperamos los reportes del noticiario.
Lo vimos todo por televisión pensando que, como en ocasiones anteriores, todo quedaría allá donde están las cámaras. "Pobres japoneses", pensamos, "se los está llevando la fregada". Pero en unos minutos todo cambió, pues nos anunciaron las autoridades especialistas en el tema, que la población "que vive en la franja del Océano Pacífico" (que de pacífico no tiene más que el nombre) "estuviera preparada, ya que los efectos de lo sucedido en Japón tendrían repercusiones en nuestro país".
Nos "previnieron" diciéndonos que pronto podríamos recibir los embates del tsunami para que todos estuviésemos alertas.También por TV podíamos admirar a las miles de personas de otras latitudes que también podrían verse afectadas, superando el miedo natural por la tragedia que podría avecinarse, que se apiñaban a las orillas del mar para ver de cerca "la gran ola".
Nos "previnieron" diciéndonos que pronto podríamos recibir los embates del tsunami para que todos estuviésemos alertas.También por TV podíamos admirar a las miles de personas de otras latitudes que también podrían verse afectadas, superando el miedo natural por la tragedia que podría avecinarse, que se apiñaban a las orillas del mar para ver de cerca "la gran ola".
Impresionante la seguridad que te da "la caja idiota". Nos mostró las caras de desesperación, el terror, la impotencia que se vive en otros lares del planeta y así es como nos armamos de valor, pues dichas olas "ni siquiera superaron el metro o dos de altura" en algunos casos.
Yo aún sigo esperando a que se levante la alerta para poder salir a la calle. Aún sigo temiendo a que el mar no recupere su calma y me recuerde que, a pesar de ver todo por televisión, puedo ser parte de esa tragedia... algún día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ya puedes publicar tus comentarios como usuario "Anónimo"