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martes, 20 de diciembre de 2011

Precampañas

A últimas fechas hemos visto la gran propaganda que se ha armado frente a las elecciones que se llevarán a cabo el próximo año. Y de paso, ya han arrancado las precampañas de muchos que se quieren llevar "el premio mayor".
Cada uno expone, a vista de los electores, sus más grandes "cualidades". Promesas y más promesas. Eso no se acaba jamás. Pero, ¿qué pasaría si alguno de los candidatos, con ese gran despliegue que tiene en los medios de comunicación, hicieren realidad uno de sus proyectos antes de ser elegido? ¿Qué pasaría si viéramos esas promesas de precampaña, convertidos en realidad? Muchos creeríamos en sus palabras, a mi limitado entender.
¿Por qué si hay proyectos para prevenir, por ejemplo, la drogadicción, los precandidatos no se suman a ellos? La respuesta, en parte, la sabemos... no es redituable, no es negocio, pues. Es hacerle la tarea a otros y dejársela más fácil al que viene. Entonces, como no habrá provecho, no es rentable hacerlo.
Y seguimos contemplando cómo los que quieren gobernar nuestros destinos y manipular nuestros impuestos, siguen haciendo compromisos que no cerrarán... y esto me trae a la memoria una "promesa" cumplida a medias y sólo para salir del paso: quitar la tenencia... ese dichoso impuesto que se "creó" como medida para absorber los gastos de una olimpiada y que hasta la fecha, continúa haciendo mella en nuestros bolsillos.
Resultó que, para obtener el voto de los ciudadanos, se prometió eliminar este impuesto (único en el mundo, por cierto); pero a la vuelta del tiempo se trasladó hacia los gobernadores la decisión de mantenerlo o de eliminarlo. Ellos no lo prometieron. Fue el candidato que quería ser presidente de todos los mexicanos, quien se comprometió. Y como es de suponerse, NADIE se quiere quedar sin su bono, sin su ganancia a costa de nuestro sudor, de nuestro bolsillo. Promesa de campaña fallida y de la que seguimos esperando se elimine de la larga lista de falacias que nos han invitado a creer.

Y así seguirán las cosas hasta que no haya modo de "castigar" esas mentiras. De remover a quien, en su afán por conseguir poder, nos siga engañando con sus palabras que, a final de cuentas, lo único que podrán hacer por nosotros será ilusionarnos con el cuento de que con éste o con aquél, con melón o con sandía, las cosas van a cambiar. Advertidos estamos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Ocio, tecnología y +: El mundo se acaba

Ocio, tecnología y +: El mundo se acaba

El mundo se acaba

Otra vez, ahí vamos.
Caos aquí, caos allá. Seguimos con nuestra firme voluntad de acabar con el mundo.
Profecías más, profecías menos, hasta ahora nos hemos dado a la tarea de seguirlas al pie de la letra, cual instructivo de piezas de construcción.
Están las profecías de Nostradamus, que el sabio señor lo hacía para tomar precauciones y para corregir el camino, pero no. Nos seguimos empeñando en lo mismo. Que el fin del mundo está cerca porque el presidente de Estados Unidos es negro, que si ya está el último Papa... son avisos. A-V-I-S-O-S.

Luego, antes del 2000, el cambio de siglo, muchos baticinaron el fin del mundo. Y gracias a eso, sectas tomaron fama y ganaron adeptos... aunque muchos terminaron muertos o estafados. El "mesías" en turno gritaba a voz en cuello que el fin estaba cerca. Y no pasó nada. Bueeeeno, sí pasó; muertos y estafados, como dije antes.
Ahora, la moda son las profecías Mayas. Ellos creo que ni siquiera sabían a ciencia cierta que algunos "expertos" descifrarían el "códice" y que darían la voz de alarma al mundo de que el fin del mundo está cerca... otra vez.
Vaya con esto. Todos los "expertos" se empeñan en acabar con el mundo. Algunos científicos desentrañan los secretos del universo y nos dicen que en "X" cantidad de años el mundo sufrirá cambios y que acabará una etapa y comenzará otra. Otros nos anuncian con toda la alarma posible, que, seguramente, moriremos achicharrados. Vamos, que todos moriremos, eso es seguro; lo que no sabemos es cómo.
Muchos se cuelgan de eso para tener sus cinco minutos de fama. Yo me cuelgo de ellos para escribir esto. Círculo vicioso al fin.
Lo que sí nos debe preocupar es que si seguimos así, seguramente veremos el fin de nuestro mundo y nuestra sociedad si no hacemos lo necesario para restablecer las cosas. Hemos permitido, por andar vagando en las nubes de las profecías, que los países se endeuden; que la violencia llegue a nuestros niños; que nos roben impunemente; que unos acusen a otros y sea motivo para iniciar una guerra; que nuestra juventud se enajene  con la tv y sea su guía para el futuro; que hemos dejado nuestras responsabilidades de lado para preocuparnos por el fin del mundo, pues.
La única forma de resolver esto es buscar soluciones, primero en nuestra casa y luego para el mundo. Un gran cambio, comienza con un pequeño paso.
¿Estamos dispuestos a dar ese paso? Advertidos estamos.